Un club social de artistas

Una organización que pretende a desarrollar en este espacio, actividades donde todas las formas de ser y sentir tengan cabida.

Mauricio Galvez (Mono), Miklos Fustos, Sergio Cerón y María José Azócar, organizan y gestionan – con las mismas responsabilidades -, las actividades que a diario se realizan en este lugar ubicado en el Polígono Matta – Madrid, aunque el club está compuesto por una red de más de 20 personas entre las que se distinguen 4 artistas que poseen talleres en el Club Social de Artistas, el resto de las personas colaboran en la medida que el tiempo y la energía se los permite.

Ellos, componen un centro cultural sin fines de lucro – el Club Social de Artistas -, que busca generar espacios para la creación y la difusión del arte y la cultura. Aspiran a desarrollar actividades “a puertas abiertas”, con acceso gratuito para las personas que las visiten.  

Se instalaron en este sector porque viven en él y porque se les presentó la oportunidad de arrendar un lugar en ruinas para arreglarlo con sus propias manos y para que tuviera el toque y los detalles que hicieran a este lugar único.  A Mono le gusta la importancia que se la ha ido dando al desarrollo cultural y patrimonial al sector. “Me motiva mucho tener la posibilidad de aportar a mejorar, desde esa línea, la vida de los vecinos y vecinas”.

La personalidad jurídica del club la obtuvieron en diciembre de 2016, sin embargo esta iniciativa tiene vida desde mayo de 2015.

Esta organización se caracteriza por la autogestión. Han abierto el espacio a la colaboración y al encanto por el arte. Sergio agrega que “la diversidad, la tolerancia, la inclusión y el amor por el arte en todas sus manifestaciones ha sido lo que hemos querido plasmar desde un comienzo”.

María José agrega: “Para mí hay dos cuestiones muy valiosas. La primera es que basta tener una idea y las ganas de concretarla para que las cosas pasen. Se han armado eventos de manera muy espontanea, entre personas que no se conocían, y que a partir de una conversación en este Club pidieron el espacio para armar algo. Y lo segundo es que bajo el principio de ‘puertas abiertas’ se ha dado un cruce de experiencias y biografías muy ricas, por ejemplo, entre personas con distintas sexualidades o clases sociales. Es un cruce que nutre muchísimo el espacio”.

El Club Social de Artistas lleva ese nombre porque sus integrantes quisieron indicar en su nombre que es un lugar abierto a la realización de manifestaciones de arte de provenientes cualquier lugar o de cualquier persona, sin favorecer élites o grupos especiales.

 

Experiencias vividas

En el tiempo que llevan juntos como club, han acogido a muchas personas, a muchos amigos y amigas, artistas. También los visitan muchos niños y niñas, pero hay uno en particular que les ha llamado la atención. Un niño revoltoso que recorre cada espacio del lugar investigando qué puede encontrar, en esos recorridos ha llevado al suelo equipos enteros, parlantes y mesas de sonido. Pero siempre es bienvenido.

Y las personas que han visitado el lugar y se han integrado a esta “red” también son importantes. “Destaco es el compromiso de mis compañeros en este proyecto, las ganas de aportar y generar espacios de encuentro que promuevan el respeto, la colaboración y la integración, al igual que todas las personas que han sido parte de nuestras actividades, porque sin ellos nada de esto sería posible”, dice enfático Mono. Sergio añade: “una conversación que nace de manera virtual, o a través de una red social, se materializa en una actividad donde tenemos la oportunidad de conocernos y participar con toda la comunidad”.

 

Integrar a la comunidad

María José cuenta que le llama mucho la atención el cariño de los vecinos y vecinas por la historia del entorno en el que habitan. Por ejemplo la exposición, en la que ellos también participan, de un museo comunitario que se ha armado por vecinos del sector, con juguetes antiguos y cosas que vendían en sus tiendas hace muchos años. Es un museo que existe hace tiempo y que se ha mostrado en distintas organizaciones del sector.

“Por eso queremos seguir participando y trabajar juntos para construir un mejor lugar para vivir, donde todas las personas se sientan cómodas y respetadas; como en el Club Social de Artistas”, sostiene ella.

Club Social de Artistas

Rogelio Ugarte #1147, comuna de Santiago

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