Circuito Gastronómico

Panadería La Campana

En este mismo lugar ha existido una panadería desde la década del 30, pero La Campana nació en 1977, luego de que su propietario, Mario Demichelli se casara. Su tía política era dueña del molino La Estampa. Desde entonces, este lugar es reconocido por su gran calidad, ofreciendo siempre pan caliente y crujiente. Como parte de su sello de tradición, aún se elabora el pan en antiguas máquinas y el reparto es en triciclo. En Zona Típica. Moneda #2701.

Nacida en tiempos de la Unidad Popular y casi a modo de aventura, este local ubicado en la esquina de las calles Moneda con Sotomayor tiene el mismo dueño desde 1977 pero existe desde mucho antes con la misma función.

Es reconocido y querido por su gran calidad y tradición del lugar donde aún existen (y es su sello) repartidores en triciclo a parroquianos y locatarios del barrio. Su propietario, Mario Demichelli cuenta que antes de su llegada, el establecimiento se dedicaba a confeccionar pan envasado desde 1930 o a lo mejor desde antes.

Finalizado el gobierno de Allende, la comunidad busca mantener al establecimiento y la llegada de Don Mario se ajustó a esa situación. Él se casó por la iglesia en 1974 y la tía de su mujer, quien era dueña del molino La Estampa le dice: “búscate una panadería”, llegando así a un local ubicado en Rodrigo De Araya con Exequiel Fernández en la comuna de Macul, la cual arrienda junto a su cuñado.

Posteriormente, adquieren las panaderías Orly y Bon Maison, tras lo cual llegan a su actual ubicación, con presión del barrio para que el establecimiento se mantenga abierto, primero como arrendatarios y posteriormente como dueños.

Su propietario cuenta que el equipamiento de hornos no dista mucho con los que comenzó, aunque nunca se ha cerrado a las mejoras, siempre manteniendo como regla principal producir un pan crujiente y caliente, que es apreciado y querido por gente del barrio, así como su distribución en triciclos que además del servicio en sí, mantiene la tradición de las clásicas panaderías que cada vez menos quedan.

Posee hace más de diez años un mural que fue ofrecido por un colectivo artista que retrató su oficio de forma cálida y humana. Es una de las intervenciones que aún perduran y no ha sufrido daños de consideración por intervenciones. (en un futuro habrá otro mural que abarca a todo el recinto de manera inclusiva y respetuosa con la vida del barrio nos cuenta).